Blas Deker.-- Caras B y Rarezas.

_ALLÁ DONDE FUERES HAZ LO QUE VIERES_

 Eso nos dice la sabiduría popular. Así pues cuando eres forastero, lo prudente es observar cómo se comportan los lugareños y qué costumbres manejan, para actuar como ellos sin meter la pata. Y bueno, la cosa es que recientemente he visitado Barcelona y siguiendo este sabio consejo, le he hecho un mataleón a un turista japonés, le he quitado el reloj, el móvil y la cartera, le he dado un tirón al bolso de una abuela y me he comprado un machete to guapo.

OOOOOOOOOOOOOOOOOO

_INFORMACIÓN PARA VIAJEROS_

Se habla mucho de las cosas que les pasan a los primermundistas cuando van a la India, pero no del caso inverso. Cuando los hindúes vienen por primera vez a occidente (a Estados Unidos, Alemania, Francia, Suecia, etc.) también tienen problemas de adaptación con consecuencias para su salud. Por ejemplo, un hindú común y corriente que nunca haya salido de su pueblo, cuando llega a cualquier país de Europa se tira unos cuantos días hecho polvo del estómago y con malestar general. Las defensas bacterianas de un hindú son hercúleas. Ya desde que nacen se ven obligadas a luchar contra todo lo que entra en su cuerpo porque no hay ni una sola sustancia que no sea una amenaza. En cambio cuando llegan a un país europeo, su cuerpo no está acostumbrado ni a beber agua depurada, ni a que se laven los alimentos con agua potable, ni a que su comida no esté debajo de cuatrocientos tipos de moscas, ni a que haya papel higiénico y jabón en los lavabos, o a que simplemente haya lavabos. 

Entonces, a sus floras bacterianas les ocurre que se encuentran de golpe y porrazo sin ponzoñas a las que combatir, como un mercenario al que le quitasen la guerra, y se quedan en estado de shock. Y claro, a un hindú que no ha cagado duro en su puta vida ni sabe de nadie de su familia que lo haya hecho porque ignora que exista algo más allá de la diarrea, se le viene el estreñimiento y sufre tanto que se querría morir. Es lógico y comprensible.

Cada uno se acostumbra a su rollo y a su cultura y el organismo se le vuelve tiquismiquis. Por eso paso de ir a la India. (Y eso que cagar en grupo en una playa contemplando la puesta de sol, lo mismo tiene su cosa poética.)

-UN  DESMENTIDO_

No es cierto que el rey Federico el Grande midiese dos metros de ancho por cinco de alto. Su jefe de prensa hinchó un poco al personaje. Siempre ha habido pelotas.

BONUS

# posted by Blas Deker @ 8:31 p. m. 0 comments

 Los documentales de fauna, además de humanizar de forma absurda todas las actitudes y comportamientos de los bichos, también pecan de edulcorar la realidad, una realidad que cambia mucho dependiendo de quién la padezca.

Por ejemplo en el desierto de Arabia habita el lagarto de cola espinosa, o el más fotogénico uromastyx ornata; pues bien, para los escarabajos que son su principal dieta, estos reptiles se llaman "los putos lagartos hijos de la gran puta uromastyx". Y para los gerbillos de Cheesman, el zorro rojo o el lobo árabe son " el sarnoso lobo de mierda" y "el zorro conchasuputamadre". Del mismo modo, para la alondra ibis el aguilucho papialbo no es otra cosa que "el pajarraco sicópata cabrón".

Y, bueno, sería interminable comparar el nombre que da la ciencia a los animales con el que le dan sus víctimas. Así pues para las hienas los leones no son unas soberbias pantheras leo, sino "los asquerosos hijos de puta de color tierra" y para los leones las hienas no son unas hyaenidaes del suborden de los feliformes, sino "ese puto cáncer de la naturaleza, que les voy a reventar la puta cabeza y se les van a acabar las risas". 

En fin, la cosa es que si les quitásemos todo el exceso de sacarina a los documentales, se ajustarían mucho más a como son las cosas de verdad y su labor educativa no se vería distorsionada por esa capa de glamour que de ningún modo existe entre unos seres que en lo único que piensan todo el santo día es en asesinarse.

Alguien tenía que decirlo.

# posted by Blas Deker @ 10:47 a. m. 0 comments

Delante de mi casa hay un torrente seco. Y al otro lado tierra y casas de campo. Y en alguna de ellas -no sé cuál- un burro. Me hace gracia. A lo largo del día se va oyendo su cantar desafinado de tenor y barítono fundidos en un sonido de vaivén, como si un serrucho oxidado intentara cortar un ladrillo, o como si el jadeante animal estuviera soplando y aspirando una gran armónica rota. Es gracioso el burro. Aunque insista una y otra vez en repetir el mismo estribillo, siempre consigue sacarme una sonrisa. Joder, y ahora lo estoy oyendo mientras escribo: iiiii-aaaa, iiiii-aaaa, iiiii-aaaaaaaaaaaa... Y ahí, en esa nota sostenida con que finaliza su canción, es donde me gana el condenado. También de ciento a viento se oye un gallo -y tiene su punto- pero el burro es más gracioso.

# posted by Blas Deker @ 11:46 a. m. 0 comments

Cuando a Armandito Lafoyette se le pasaba por la cabeza la idea del suicidio, enseguida la desechaba recordando el gran consejo que le dio su padre: "Hijo mío, nunca hagas nada de lo que no te puedas arrepentir."

# posted by Blas Deker @ 8:46 a. m. 0 comments