domingo, septiembre 28, 2008

 

-EL CUENTACUENTOS-

El 21 de Septiembre, como cada primavera, Farrún el cuentacuentos bajaba de los montes níveos y musgosientos a la aldea de Kuun.
Aparecía con Baalin, su mula macho, con sus pieles de castor en la cabeza, sus botas de oso pardo en los pies y su laúd a la espalda; también le acompañaban Liemn, su fiel perro de Alaska, Timba, su pendenciera hiena de África, su curtido zurrón de Alicante, su sana costumbre de silbar con eco y su carretilla hecha de jierros con su hoguera portátil ardiendo.
Al anochecer, en mitad de la plaza colocaba el fuego y tañía el laúd para dar comienzo a su cuento.
Todos los niños acudían con las abuelas para sentarse en derredor de la lumbre ansiosos por escuchar las fábulas del entrañable cuentista.
Y esa noche dijo Farrún:
Este va a ser el último año que vengo a vuestra aldea. Ya estoy muy mayor, así que os voy a contar el cuento más increíble de todos cuantos os llevo relatados en estos 87 años.
Y dice así:
Érase una vez un rey , el rey Haaragaan de Vetonia, que quería dominar el mundo y antes de iniciar ninguna acción en ese sentido prefirió subir a la montaña semisagrada de Dureem donde habitaba el monje semisabio kandorF, con mayúscula final, para pedir consejo.
Y al llegar ante el semisanto ermitaño le dijo lo que pretendía.
El buen kandorF lo miró a los ojos y no dijo nada. Luego lo miró a la boca, a la nariz y a las orejas, y le dijo:
-Me he sacado el título de otorrionolaringología y estás perfecto.
Acto seguido continuó diciendo:
-Para dominar el mundo y hacerte su único monarca, el segundo viernes de octubre deberás tomar el caldo hervido de un gramo de jengibre en ayunas justo cuando el primer rayo del sol te dé en la frente. Después deberás verter dos gotas de sudor de trucha en la punta de tu espada, una por cada lado, y por último deberás conseguir que tus ejércitos invadan con éxito el reino de Otomania, que vayan al lejano oriente y lo conquisten, que luchen contra los pueblos de la piel roja y los venzan, que aplasten a los ejércitos germanienses, que dobleguen a las fuerzas de las naciones australes, que se apoderen de Grecolatinia y sus colonias del Nilo, que combatan a las valerosas tribus andorránicas, que sometan Eslavonia, Vasconia, Macedonia y Lusitania, que reduzcan a los corsitanos y sardenses, que le den con todo lo duro a Fernando de Mañuria, al emperador de Mongolia, al zar de las estepas, al gran rey guanche Juancho de Canaria, al Mariscal bretón de la Bretaña, a la reina escocesa de Gales, al príncipe gitano de Hungaria, a la selección plavi de Balcania, al canciller de Esparta, al agrimensor de la próspera nación Hindúica, al sultán Aborrecid el Grande de las etnias magrebinas, a Abdul-Addor, el jefe de diplomacia de Damasco y a todos los demás habitantes del planeta.
Si haces eso serás el rey del mundo.

El rey se quedó pensativo y rascándose la corona dijo al semimonje:
-Oye, ¿y si el día del ritual se levanta nublo y no salen los rayos del sol.?
-Pues mala suerte.- Respondió kandorF.
Fin.


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