sábado, enero 28, 2017

 

--LOS CUENTOS BREVES DE ARMANDITO LAFOYETTE--


Capítulo I

Armandito Lafoyette cuando oyó lo de que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, pensó que la cumbre de la franqueza se alcanzaría sin lugar a dudas emborrachando niños.

Capítulo II

Sin embargo no contento con ese resultado, el escepticismo innato de Armandito Lafoyette, le llevó a elaborar un estudio de población en ese sentido. Y la conclusión que obtuvo ya con métodos empíricos es que el 89'3 % de las veces, tanto los niños como los borrachos nada más dicen mamarrachadas. 
_FIN_




martes, enero 24, 2017

 

-LOS CUENTOS BREVES DE ARMANDITO LAFOYETTE--


Armandito Lafoyette no creía que el ser humano tuviera remedio. 
Aunque tampoco creía que tener remedio fuese la finalidad del ser humano en la vida ni que la vida tuviese sentido ni hubiera de tenerlo. 
De hecho, la cosa es que Armandito Lafoyette no creía en nada de nada.
O eso es lo que creía al menos.
_FIN_



domingo, enero 22, 2017

 

--ENTREVISTA EXCLUSIVA A ÍÑIGO ERREJÓN--



PERIODISTA- Buenos días, señor Íñigo.
ÍÑIGO- Buenos días, señor Periodista.
PERIODISTA- Desde hace un par de años está usted cada día presente en los medios de comunicación, pero hay cosas importantes que el gran público ignora sobre su vida.
ÍÑIGO- En efecto, así es. Y si he aceptado su entrevista para divulgar algo muy íntimo y personal es porque le considero a usted un informador serio y respetable.
PERIODISTA- Empecemos pues si le parece. La gente suele bromear sobre usted porque tiene un físico digamos escaso.., pero esto no siempre ha sido así, ¿verdad?
ÍÑIGO- Efectivamente. Yo de adolescente llegué a pesar 178 kilos, lo que supuso un auténtico riesgo para mi salud. Por caprichos de mi morfología, padecí una obesidad muy severa. 
PERIODISTA- Caramba. Pues nadie lo diría. Es increíble. ¿Y cómo puede explicar ese cambio tan rotundo?
ÍÑIGO- Pues verá, en un importante hospital de Estados Unidos estaban experimentando una técnica para resolver la obesidad mórbida. Y aunque la tenían aún en fase inicial, yo me ofrecí para que practicasen conmigo. Pretendían desarrollar una alternativa quirúrgica menos arriesgada que la reducción de estómago.
PERIODISTA- ¿Y de qué se trataba concretamente?
ÍÑIGO- Pues de algo muy imaginativo, digamos que en vez de reducir el depósito de los alimentos, más inteligente sería dificultar la entrada al cuerpo de los mismos. O sea una reducción de boca. Técnicamente una morricoplastia. 
PERIODISTA- Caramba. Asombroso. Cuente, cuente.
ÍÑIGO- Con mucho gusto. Yo antes de la operación tenía más boca que la Julia Roberts, imagínese. Cuando soltaba una carcajada se me veían las orejas por dentro y en un buen bostezo la calavera al completo. Y con esas fauces tan descomunales, comía de un modo que ni los cocodrilos. Por ejemplo: para mí una mandarina, una magdalena o un canelón eran sólo un bocado, y una hamburguesa dos o tres a lo sumo.., y así con todo. Engullía como una hormigonera. Era un horror. Estaba desesperado. De modo que me redujeron la boca hasta el tamaño este.
PERIODISTA- Mmmm, por favor, señor Íñigo, no se lo tome a mal, pero hay algo que tengo que preguntarle: ¿Era necesario reducir tanto?
ÍÑIGO- Bueno, igual se nos fue un poco la mano. Los doctores me aconsejaron un par de tallas más, pero como digo, en ese momento estaba tan desesperado que preferí pasarme a quedarme corto. Y bueno, lo cierto es que desde entonces estoy hecho un chavalín.
PERIODISTA- Desde luego es innegable que ha funcionado, no hay duda... ¿Y no tiene ningún efecto secundario?
ÍÑIGO- No de importancia. Verá usted, si antes me zampaba una pizza como el que comulga, ahora me tiro media hora para comerme un níspero. Pero ha valido la pena. Ah, y silbo de puta madre, que antes no sabía.
PERIODISTA- Me alegro sinceramente, señor Íñigo.
ÍÑIGO- Muy amable, señor periodista.
PERIODISTA- Eso es todo. Muchas gracias.
ÍÑIGO- A usted.


domingo, enero 15, 2017

 

--PRIMERA DESCARGA DEL AÑO--







sábado, enero 07, 2017

 

--RADIOCADENA ZOTE--EL POETA HONESTO--


Escucha"RADIOCADENA ZOTE el poeta" en Spreaker.


_SONETO DEL MENDICANTE JONDO_

Ofrecíle al ruin mendigo
que pedía desde la acera,
un mendrugo de pan ácimo
y de uvas renegrido
un modestísimo rácimo.
Mas cuál no fue mi sorpresa:
despreciómelo ofendido
y alzando bien la cabeza.
Ay altivo limosnero, 
me temo que no tú no eres 
limosnero de limones
sino de cash en metálico,
Y si tal camino recorrieres
la vida ha de darte pálicos.
Cabronazo, que eres un cabronazo.

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