Blas Deker.-- Caras B y Rarezas.

Armandito Lafoyette, como gran librepensador, al no tener tabúes ni supersticiones, valoraba la posibilidad del suicidio sin dramatismos histriónicos y con absoluta naturalidad.

Lo que pasa es que era también una persona muy metódica y racional, enemiga de actuar al tuntún de modo irreflexivo.

Por eso cuando decidió que sí, que igual se tiraba de un puente, inició una experimentación paso a paso en ese sentido; un día se golpeó la rodilla con la mesita de noche y se jodió el menisco, al cabo de unos meses se cayó por las escaleras y se crujió la clavícula, al año siguiente se pilló los huevos con un cepo, y así.

FIN