Blas Deker.-- Caras B y Rarezas.

Armandito Lafoyette siendo ya bastante mayor se dio cuenta de algo muy revelador: 

Un día mirando escaparates vio que en los de moda juvenil los maniquíes femeninos eran flacos de la hostia y los masculinos eran algo mas fornidos y estaban colocados en actitudes orgullosas y desafiantes.

Luego en las tiendas de moda digamos adulta, los maniquíes eran más normales, más elegantes y bien proporcionados.

Entonces cayó en el detalle de que donde vendían ropa para viejos no tenían maniquíes que les representasen, es decir maniquíes con bastón, bajitos, barrigones, jorobados o con las piernas torcidas como hula-hops. 

Eso le hizo sentir definitivamente descartado. 

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