domingo, diciembre 21, 2025
--EL HORRIBLE MARTIRO DE LA MENTE--
La señora znaS oremoR anA (cuyo nombre hemos escrito al revés para preservar su anonimato) padecía ornitofobia aguda, o sea miedo extremo a las aves. En una de las sesiones del tratamiento, explicó al equipo de profesionales que la estudiaba (formado por 35 psicólogas y un psiquiatra), que le daban pánico los pájaros desde que de niña subió al palomar que tenía su abuelo en la casa del pueblo y nada más asomar la cabeza una gallina le mordió la cara.
Los profesionales de la mente, entienden de la mente, claro está, pero no de zoología, con lo cual hubieron de consultar a expertos si las gallinas eran una variedad de paloma, o si no lo fueren, qué sentido tendría una gallina en un palomar. Y cuando ya distinguieron palomas de gallinas, dirigieron su línea de debate a que tal vez fuese aquella pequeña niña la que no tuviera a tan pronta edad un criterio claro sobre los diferentes tipos de aves.
La paciente, no obstante, insistía una y otra vez en que distinguía perfectamente lo que era una gallina, y que fue una gallina la que le mordió. Y que quizás la pusiera allí su abuelo para que, tras adiestrarla en artes de lucha y defensa, ejerciese de guardiana del palomar. Y que quizás por eso en cuanto asomó la cabeza, se le tiró a morder.
El equipo nuevamente si vio obligado a investigar. En este caso sobre si algunas gallinas pudieran desarrollar dientes y en caso afirmativo, qué porcentaje lo hacía. El resultado fue que no, que jamás se había conocido ninguna gallina con piezas dentales, con lo cual decidieron ingresar a la señora en un centro de salud mental manicomio para suministrarle pastillas y practicarle sesiones de electroshock.
Hoy en día la mujer parece más calmada, pero la realidad es que cuando se le pasan los efectos de la drogación y las descargas, la pobre desgraciada continúa teniendo ataques de pánico en cuanto ve un bicho volando. Y no hay noche que no sufra horribles pesadillas en las que es atacada por aves, lo que le supone un cruelísimo tormento, pues para ella también en los sueños, los búhos, águilas o pavos que la persiguen son reales.
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CUADREZNO DECORATIVO
