domingo, noviembre 24, 2024
--EL UMAMI, ESA TONTERÍA--
"El Umami es uno de los cinco sabores que podemos percibir junto al dulce, el salado, el agrio y el amargo."
Eso dicen las informaciones por ahí.
"Umami es una palabra japonesa que puede traducirse como ‘sabroso’ aunque en realidad este concepto deriva de la unión de dos vocablos ‘Umai’ (delicioso) y Mi (sabor). "
Y yo me pregunto: ¿Qué mierdas es un sabor "delicioso y sabroso"?
Los dátiles son sabrosos y deliciosos, las gambas al ajillo son sabrosas y deliciosas, los callos a la madrileña son sabrosos y deliciosos... y los donuts, los boquerones, el turrón de guirlache, el jamón de Teruel, la mermelada de higo y hasta los macarrones a la boloñesa, joder, que es que nos caemos de tontos.
Según el flipao japonés que tuvo la ocurrencia del umami, la cosa es que si algo dulce, salado, agrio, o amargo, está de puta madre, es que es umami, o si algún alimento combina con éxito esos sabores, no es ni agridulce, ni dulcisalado, ni amargagrio, sino umami.
Menuda gilipollez. O sea que un manchego curado, un roquefor, o un parmesano, que toda la puta vida han sido salados, ahora resulta que son umamis, y un tocinito de cielo y unas anchoas del Cantábrico y un jamón de jabugo también lo serán, supongo. Madre mía... y entonces por la misma regla de tres, una panacota, una tarta tatin, un cabrito al horno, un estofado de jabalí, un marrón glacé, un copazo de Cardenal Mendoza, y una mouse de limón, no son dulces, ácidos, o salados, sino umamis.
Vamos a ver: deduciremos pues que lo que se queda fuera del umamismo serán cosas como la calabaza hervida, la zanahoria, la lechuga iceberg, la trucha a la plancha y las galletas marías...
Anda a tomar por saco, colega.