Blas Deker.-- Caras B y Rarezas.

HECHOS REALES

Hace escasos minutos iba dando un paseo por el campo como cada día, cuando me ha sobrevenido la natural necesidad de liberar flatulencias.

Han sido, y no es por presumir, un par de ventosidades tan recias y sonoras que sin duda hubiesen provocado la admiración y el aplauso del mismísimo Camilo José Cela.

Y me he quedado a gusto, claro. Pero la cosa es que al cabo de tres o cuatro pasos, instintivamente he girado la cabeza y he mirado atrás.

Afortunadamente no venía nadie ni cerca ni lejos y he seguido caminando aliviado. Pero al poco rato me ha venido a la cabeza la reflexión de que he actuado justo al revés del sentido común y el buen criterio. He sido como esos polis chungos que primero disparan y luego dan el alto.

Menos mal que no venía detrás una familia con niños o un grupo de excursionistas. Qué tremenda vergüenza hubiese supuesto para mí ese trance. Un tierra trágame de manual. Y a partir de ese momento ya no he podido evitar estar todo el rato dándole vueltas al tema. Ni he disfrutado del paseo ni nada. Me he quedado tocado, muy tocado, en serio.

# posted by Blas Deker @ 7:58 p. m.