viernes, septiembre 27, 2024
--NUEVOS PROBLEMAS, NUEVAS SOLUCIONES--
Cada vez son más frecuentes los casos de hijos que tras años de vida en pareja se separan y regresan a casa de los padres. Y esos padres que por fin se habían librado de ellos y habían recuperado su libertad y su intimidad, se ven de nuevo bajo los condicionantes que supone el retorno de aquel niño que ya había sido criado y aquel adolescente que no paraba de tocar los cojones, hecho un cuarentón al que no puedes reñir ni pegarle un guantazo.
Cómo gestionar eso sin que el matrimonio de los padres se resienta es algo verdaderamente complejo.
Por eso en nuestro caso, mi señora y yo, antes de que ese cabrón se cargase nuestros 45 años de paz conyugal, decidimos montarnos una custodia compartida. Me explico: Vivimos los tres en el mismo piso, con lo cual nos vemos constantemente y nos tropezamos durante todo el día con nuestro hijo por todas partes y eso es inevitable, por supuesto. Entonces lo que acordamos para paliar esa molestia es relacionarnos con él una semana cada uno, de modo que cuando le toca a mi mujer, yo a mi hijo ni le hablo ni le miro ni interactúo con él para nada, le hago el puto vacío y santas pascuas. Y cuando me toca a mí la semana de custodia, es mi mujer la que descansa pasando de él como si no existiera.
Lo dicho pues: a nuevos problemas, nuevas soluciones.
Espero haberles sido de gran ayuda.