domingo, junio 30, 2024
--BIENESTAR ANIMAL--
Jefferson McEnzie era un granjero concienciado hasta el extremo en el bienestar de los animales. Las gallinas que criaba andaban libres por el suelo de una finca de ocho hectáreas cuadradas en donde había además de agua y comida, un espacio de ducha, yacusi y sauna. Las trataba con exquisito mimo, hablaba con ellas, les leía poemas, les ponía música chilaut, jugaba con ellas, las masajeaba dulcemente y las arropaba cuando era la hora de dormir.
Pero aún así, Jefferson sentía pena al observarlas corretear entre la hierba. Veía manadas de patos surcar majestuosos los cielos y le dolía en el alma que una ave como la gallina hubiese perdido, por no se sabe qué cruel azar, la facultad del vuelo. Le entristecía ver como esas alas atrofiadas no les permitían dar más que cuatro torpes revoloteos. Por eso se le ocurrió la brillante idea de llevarlas por turnos a dar una vueltecita en su avioneta, para que así experimentasen la emoción que se siente al volar.
Tras la muerte de Jefferson, todas las asociaciones de defensa de los animales le rindieron un merecido homenaje.
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CURIOSIDADES
Roberto Fernández Ortega tenía 47 años, pero si le preguntabas te decía que 37. El cabrón así se quitaba diez años de encima.
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ATENCIÓN, PREGUNTA:
¿Por qué Olga Zana, Esther Illa, Martin Gala y Ana Cardo, odian a sus padres?
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HISTORIA
Juan Sebastián El Cano estaba harto de que todo dios le llamase así. No entendía por qué le hacían eso a él y no llamaban a Cristóbal Colón, Cristóbal Colón el Gordo, o a Rodrigo de Triana, Rodrigo de Triana el Chepas, o a Magallanes, Magallanes el Calvo.
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SALUD
Artemio Somoza era tan guarro que en una analítica le detectaron meados en la orina.
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FEMINISMO
Cómo caerse con perspectiva de género: Tropezar con una piedra y decir que seguro que la puso ahí un hombre.
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ARQUITECTURA
Vean este magnífico chalet de inspiración náutica. A las estancias que dan al mar, las hemos dotado de gran luminosidad instalando numerosos ojos de buey en todas las paredes. Y en las que preferimos mayor intimidad y recogimiento hemos instalado ojos de chino.