miércoles, septiembre 13, 2023
--CONDENADO A SER MINORÍA--
Llegó el día en que Juan Antonio Gómez Esparza cumplió la edad de jubilarse y se jubiló.
Hablando con sus conocidos sobre la nueva situación y en qué ocupar el tiempo de que ahora dispondría, no faltaron consejos de todo tipo. Salir a caminar, leer, hacer manualidades, etc. Pero una de las ideas que más le caló fue la de apuntarse a clases de baile. Todos le decían que era divertido aprender a bailar y de paso conocer gente.
Al cabo de unos meses, se encontró con uno de los amigos:
-¿Qué, Juan? ¿Ya has probado lo del baile?
-Qué va, tío. No he encontrado nada de lo mío. He mirado en cientos de academias, pero todas son de bailes de salón, cha cha cha, tango, vals, foxtrot... o de bailes latinos rollo salsa, bachata, reguetón...
-¿Y dónde está la pega pues?
-Joder, que de lo mío no hay nada, ya te digo. Yo quiero aprender a bailar prog rock y free jazz, no esas mierdas.
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