viernes, junio 23, 2023
--HEMORRAGIAS DE VERANO--
EL OTRO DÍA VIENDO UN GORRIÓN...
El otro día viendo un gorrión me maravillé de la sabiduría de la Madre Naturaleza. Tenía las patitas justo en su centro de gravedad. Supuse que la evolución natural, como bien observó Darwin, lleva siempre a la óptima y equilibrada proporción de las cosas. Por eso en el principio de las especies, podemos imaginar que los gorriones que tuvieran las patas muy adelantadas, cuando bajaban a alimentarse y caminaban por el campo, irían constantemente rozando el suelo con los genitales, con lo cual a base de desgastarlos una generación tras otra, acabarían por desaparecerles impidiendo con ello su reproducción.
Y del mismo modo, aquellos pájaros que tuviesen las patas muy atrás cerca de la cola, al bajar al suelo, se les debía vencer el pecho y les costaría horrores emprender el vuelo, con lo que sin duda serían unas presas facilísimas hasta para el más torpe de los depredadores, lo que también desembocaría en su irremediable extinción.
(Ver ilustración)