sábado, abril 22, 2023

 

--LOS CUENTOS BREVES DE ARMANDITO LAFOYETTE--

 

Armandito Lafoyette, ya cincuentón, fue un día a un concesionario de la Mercedes a mirarse un coche de gama alta.
Cuando el vendedor le empezó a detallar toda la tecnología del vehículo, Armandito le interrumpió para preguntarle si los asientos eran calefactados. El hombre le dijo que sí, que por supuesto, y continuó explicándole que también tenía techo solar, reparación de pinchazos, cámaras exteriores... Pero Armandito le interrumpió de nuevo preguntándole de cuánta potencia era la calefacción de los asientos. El vendedor le dijo que no lo sabía con exactitud, pero que lo podía consultar en alguna ficha técnica, aunque nadie se había quejado nunca de que fuese insuficiente, y seguidamente prosiguió su charla enumerándole las virtudes del modelo, que tenía el salpicadero, el volante y todo el interior de piel auténtica, los vidrios tintados, climatizador zonal... Pero una vez más Armandito lo interrumpió para insistir en que la calefacción del asiento tenía que ser muy buena porque de eso iba a depender si le compraba el coche o no.

Entonces el vendedor, ya un poco extrañado, le preguntó que a qué se debía tan peculiar interés. Y Armandito le dijo gritando: "¡Es que me encantan los huevos cocidos!" Y salió de la tienda corriendo y riendo con estentóreas carcajadas.

No sería descartable que Armandito Lafoyette estuviera como un cencerro.

FIN




Comments: Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?