Blas Deker.-- Caras B y Rarezas.

Armandito Lafoyette se fijó en que cuando un futbolista cambiaba de país, lo primero que hacía era aprender cuatro palabras en la lengua local para caer más simpático. 

A partir de eso, decidió estudiar latín porque consideró que si se moría y al otro lado estaba el dios católico del Vaticano, sería buena idea enrollarse con él en su propio idioma. Pero luego pensó que si el que estaba esperándole era Alá, lo más inteligente tal vez fuera aprender árabe. Aunque pensándolo mejor, concluyó que por esa regla de tres lo suyo sería tener nociones de ruso, griego, hebreo, chino, japonés e hindú, ya que no podía saber a priori con qué divinidad se encontraría aguardándole en la eternidad. Y si no hubiera ningún dios tampoco perdía nada, que el saber nunca está de más. Por si las moscas estudió también un poco de esperanto.

FIN

# posted by Blas Deker @ 11:13 a. m.