martes, junio 29, 2021
--UNA GRAVÍSIMA REFLEXIÓN SOBRE MEDICINA Y SALUD--
El peor cirujano del mundo sabe operar un millón de veces mejor que tú.
El peor médico de cabecera del mundo entiende de faringitis, resfriados, o hemorroides, infinitamente más que tú.
El peor enfermero del mundo sabe poner una inyección o vendar un tobillo mil veces mejor que tú.
Pero, ah, amigo, cuando recurres a un psicólogo, nada ni nadie te puede garantizar que no esté el doble de zumbado que tú.
Y es que un cirujano te va a operar igual, vote a quien vote en las elecciones y sea o no un capullo. Un médico de familia te diagnosticará con la misma fiabilidad, vea la cadena de tele que vea y escuche a Mozart o a C. Tangana . Y un auxiliar sanitario te coserá los puntos igual, tanto si es del Betis o del Bilbao, esté o no medio atontado.
En cambio un psicólogo imbécil te la puede liar si no lo detectas a tiempo. Porque, lógicamente, del mismo modo que hay fontaneros, albañiles, abogados, notarios, arzobispos, ministros, dentistas o mecánicos idiotas, también debemos suponer que habrá psicólogos tontos de cojones.
Y, bueno, por eso he escrito esto, no porque los odie ni nada. Sólo era una mera reflexión debido a que soy lo bastante viejo como para haber observado que en las últimas generaciones cada vez hay más gente que acude a estos profesionales o bien para sí mismos o bien para sus niños. Y francamente, a la mayoría de psicólogos que he conocido o he visto por la tele, yo no les llevaría ni al perro.
