domingo, octubre 11, 2009

 

-LA REVISIÓN MÉDICA ANUAL DE EMPRESA-

-Siéntese aquí, por favor.
-¿Aquí? Vale.
-¿Nombre?
-B. D. para servirle.
-¿Así que su nombre tiene iniciales?
-En efectos.
-¿Apellidos?
-Sí, uno o dos.
-Concrete.
-Yo me casé en primeras nupcias.
-Intente colaborar, por favor.
-¿Apellidos dice? dos, dos. El primero empieza con D y el segundo creo que con G ó J, que soy muy mal ortógrafo. ¿Jiménez con qué se escribe?
-Con G o con J, tiene usted razón. ¿Alguna enfermedad hereditaria?
-No, mis padres eran unos miserables. Y tampoco sé si Fernández se escribe con F o con H.
-¿Ha traído la muestra de meados?
-Sí, tenga.
-¿No se hincharía de espárragos en la cena de anoche, no?
-¿Por quién me toma, por un ser incívico, amoral y bromista?
-Es una pregunta de rutina. ¿Mató usted a su hermano?
-No.
-Era otra pregunta rutinaria. Es que antes de ser revisionista fui policía criminal. Es decir, que siendo policía, yo sí maté a mi hermano.
-Ah, bien.
-¿Le han operado de algo o algo?
-No, que yo sepa.
-¿Y podríamos ponernos en contacto con alguien que sí lo supiera?
-No, que yo sepa.
-Bueno.
-Yo me casé en primeras nupcias.
-Ya lo ha dicho.
-Soy muy conyugal.
-¿Peso?
-93 kilogramos de masa corporal, más el atuendo, la vestimenta y el calzado.
-¿Altura?
-1 coma 83 metros.
-¿Ha comprobado alguna vez si mide lo mismo de abajo a arriba que de arriba a abajo?
-Eso son detalles personales fuera del alcance de su incumbencia.
-Lo siento. Es que antes de ser revisionista, estuve trabajando muchos años en un círculo de lectores. Yo era el diámetro.
-Me importa una hez.
-Entiendo. ¿Fuma?
-No mucho.
-¿Cuánto, aproximadamente?
-Una hora u hora y media al día.
-¿Bebe?
-Sí, sobre todo el aliñe de los berberechos. Es algo que me encanta.
-¿Cuándo lo hizo por última vez?
-El sábado pasado, tomando el aperitivo en un bar antes de comer.
-Prosiga.
-Verá, era un sábado como otro, y yo nunca había entrado en aquel bar. Me pedí un vermú con hielo y una latita de berberechos.
-Últimamente los berberechos tienen mucha tierra. ¿Tenían ésos mucha tierra?
-Una barbaridad. Baste decir que en cuanto mastiqué el primero, llamé al barman y le dije con sorna: Oiga, ¿por qué no me trae una palita, un cubito y un rastrillín de plástico para que al menos le saque algún entretenimiento a esta mierda de tapa?
-¿Y él qué le dijo?
-Que si le estaba insinuando algo.
-Bueno, ahora tengo que tomarle una muestra de sangre. Quizás note cierto dolor, pero es un instante. Voy a podarle un dedo. Así nos ahorramos las molestias de si le encuentro o no le encuentro pronto la vena con la jeringuilla.
-Buuuffff.
-Ya está. ¿Lo ve? Ha sido un momento. Sujete esta gasa y manténgala apretada un rato contra la herida.
-Escuece.

-¿Qué hizo cuando salió del bar? ¿Pagó los berberechos?
-Sí, con la Visa. Yo siempre efectúo mis pagos así.
-No será siempre.
-Absolutamente. Mire: en la puerta del bar había un mendigo y le di tres euros mediante tarjeta.
-¿Hace de vientre con normalidad?
-Por supuesto. Llevo ya muchos años y estoy más que acostumbrado.
-¿Cuántas horas duerme habitualmente?
-Una vez dormí entre seis y siete, y una vez ocho.
-¿Tiene alguna alergia?
-No, ninguna...bueno sí, al asfalto. Cada vez que me caigo de la bicicleta, me salen en la piel unas irritaciones tremendas.
-¿Ha tenido alguna vez orina en la sangre?
-Quizás cuando me intervinieron quirúrgicamente a hígado abierto.
-¿No me dijo antes que no lo habían operado nunca?
-No, que yo sepa.
-En fin... ¿Así que lleva un marcapasos en el hígado?
-Sí. Y un contador de visitas en la minga, que por cierto está a cero.
-¿O sea que también me mintió cuando dijo que era un tipo muy conyugal?
-No recuerdo. Podría ser.
-¿Hace ejercicio físico o practica la práctica de algún deporte?
-Cicloturismo profesional, marcha atlética y abdominales. Este año me he inscrito en los cien mil kilómetros marcha que organiza el ayuntamiento de Las Rozas, con motivo del cuarentaavo aniversario de una efeméride.
-Siempre me ha hecho gracia esa disciplina deportiva: andan como si tuvieran lombrices. ¿Se considera usted una persona agusanada?
-No sé, que yo sepa.
-¿Y vil, ruin, mezquina, falsa y pendenciera?
-Sí, y a mucha honra.
-¿Sabe si en su familia ha habido alguien con antecedentes de salud?
-No entiendo.
-Se lo diré de otro modo casi igual: ¿Alguien en su familia ha sido propenso a la salud?
-Bueno, mi padre no tenía corazón y mi abuelo era un hombre sin entrañas. Ambos murieron al nacer, evidentemente. Creo que eso responde a su pregunta.
-¿Puede leer las letras de la fila de abajo? Tápese el ojo izquierdo.
-Z...n...k...o...p.
-Muy bien. Ahora el otro.
-Z...n...k...o...p.
-Perfecto. Ahora tápese ambos ojos y además ciérrelos con fuerza.
-Z...n...k...o...p.
-Sea honesto conmigo. Confiese que no las ha leído y que las ha dicho porque aún se hallaban frescas entre sus recuerdos más recientes e inmediatos.
-Es cierto. Tengo memoria fotogénica.
-¿Oye usted muchas frecuencias sonoras en una escala del uno al dos?
-La verdad es que soy bastante duro de oído. Puedo doblar tornillos con el tímpano. Vengo de una larga tradición fakir. Soy descendiente.
-Corríjame si me equivoco: Atmosférico. Mancuerna. Alambrique.
-Se dice alambique, sin erre intercalada.
-Gracias. Pues eso es todo. Está usted bien, según parece, a falta de las analíticas. En una semana le enviaremos los resultados. Váyase.
-Adiós.
-Adiós, adiós mediante.

Comments:
Peores que las revisiones médicas anuales son las revisiones médicas anales.
 
Toco madera. De momento no las he padecido, pero siempre me viene a la memoria el caso de una vez que me llevaron a urgencias en un hospital, y mientras estaba en la camilla esperando atención, a mi lado, tras una leve cortina, oía cómo un abuelete sollozaba y maldecía mientras era sometido a tal tormento. Bufff, fue la hostia. Vuelvo a tocar madera.
 
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