domingo, octubre 12, 2008

 

-GUSTAVO ADOLFO DEKER-

La poesía clásica herida de muerte. Como el viejo toro que participó en 635 corridas y se va para un banderillero y le dice con tristeza : Esta es la última y lo dejo.
La poesía muerta corre por las estrofas,
descompuesta,
en un estrofado,
recalentado
y blandurriento.
Yo te vindico desde el dolor, oh poesía abandonada.
Mientras quede un sólo poeta sobre la tierra,
no habrán muerto todos los poetas.
Canto con la voz rota por tres sitios
y enyesada de urgencia.
Canto al amor.
No me avergüenza
aunque debiera.
Soy un poeta.
Tal vez el postrero,
el que trae los merengues
al corazón de los amantes.


Comments:
mmmmmmm muy original.
 
mmmmm supongo que eso será positivo.

(O no, que no me han dado aleteos de miel.)

Oh, dios, estoy fracasando por momentos.

Besirris de tiramisú.
 
La historia tiene un final bastante feliz. Es bonito que hayas encontrado consuelo en tu abogado y que él no se vaya a la cama con su santa madre. Me alegro por ti. De veras.
Oye, por cierto, cómo me gusta el vídeo ese en el que das todo tipo de instrucciones para proteger el hábitat natural e impedir que los malos espíritus nos asedien. Me estaba haciendo falta algo así. Aunque te puedo asegurar que los yogures no caducan nunca y no hace falta en realidad ponerles una velita encima. Siento desilusionarte con esto. En fin, seguiré el resto de utilísimos procedimientos. Thank you, Deker.
 
Yo en realidad no soy supersticioso. Pero sí muy listo.
Por eso para no comerme nunca un yogur caducado, cuando los compro les borro la fecha.

De nada. Para eso estamos, para servir.
 
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