martes, agosto 14, 2007

 

-TODO SOBRE MÉRIDA.-

-GUÍA DEL VIAJERO CULTURAL Y GASTRONÓMICO-(Casa fundada en 1865 por los Hijos de Campsa-Repsol.)
(Destacada con estrella Michelin al mejor plano callejero comestible.)
(Queso premiado como primer queso para ungüentar de España.)
(Lote de morcón, salchichón y chorizo ibéricos, tres botellas de pitarra, una paletilla curada de conejo D. O. Conejo, colgado en bodega crianza dos años, cecina de cigüeña y caja yemas de santa teresa-huevos de Pizarro, por sólo 30 euros.)
(Visite pagando nuestra bonita catedral.) (Junta de Extremadura La Mancha.)
-TIERRA DE JAMÓN Y DE LEYENDA-


Capítulo 6.
-LA ESPAÑA IBÉRICA, ESA VIEJA PIEL DE CERDO-“España se puede visitar pagando y sin pagar.” (Anónimo.)


El buen turista deberá salir para emprender su viaje desde Tarragona o zonas aledañas. (Aunque viva en Talavera o El Grove.)
De ese modo ya empezará visitando una de las más antiguas autopistas del reino. Pagando una simbólica entrada podrá recorrerla hasta Zaragoza. Vale la pena.

A partir de esa ciudad, lo recomendable sería continuar el viaje en dirección sur, o suroeste. El interés de sus autovías se presume mínimo o nulo, por eso son gratuitas. Pero supongamos que ha decidido llegarse hasta Toledo y el resto de la histórica región extremeña. Una vez allí, el aburrido desplazamiento no habrá sido en balde.
(Estamos dando por hecho que el viajero irá en coche, un práctico vehículo con propulsión a chorro de dinero.)
Cuando llegue a Toledo nunca deberá buscar el letrero de “casco antiguo” pues esa ciudad no lo tiene. Toda ella lo es.

Ahí se dieron cita las tres culturas y patente queda en cualquiera de sus construcciones. La cristiana, la árabe y la judía pinta, niña y santamaría. También hincaron su huella las tres culturas, la fenicia, la checoslovaca y la sufí. Del mismo modo las tres culturas forjaron su empedrada anatomía, la vikinga, la carpeta y la vetona. Y como no podría ser de otro modo, las tres culturas que dieron lugar a la actual Toledo fueron la persa, la apátrida y la bolchevique, para por fin, en el siglo XXI estar siendo puesta al día por las tres culturas subsahariana, rumana y magrebí.

Son lugares de obligada visita el museo de las catedrales, donde podremos admirar hasta setenta y ocho templos, así como el Alcázar donde Padilla, Bravo y Maldonado dieron sus primeros conciertos, así como el convento dominico de las madres domingueras de donde son los famosísimos dulces de azúcar molido en bolsa de a kilo, ideal para añadir al café o la leche, y así como las torres herrerianas clásicas de la arquitectura militar plateresca ballestera talladas por Juan de Juanes o Berruguete.
Es tradicional que el turista al marchar dé tres vueltas, una por cultura, a la rotonda de “todas direcciones” hasta encontrar la salida, y en la última lance* una moneda por la ventanilla del coche que, a poder ser, caiga en una fuente, charco o algo similar para poder pedir un deseo con todas sus fuerzas. Lo último que verá al abandonar tan valioso enclave será un grabado del siglo de oro en granito, que reza: “Aquel que estuvo en Toledo, podrá volver. El que no haya venido no.”

(* La madre del campeón ciclista Armstrong tuvo un lance.)

Capítulo 2.
-LAS LEYENDAS DEL MEDIEVO, capítulo 2.
Entre Toledo, ciudad de las innúmeras espadas, y Cáceres, ciudad de los semáforos eternos, se encuentra la mágica villa de Trujillo.

Trujillo, donde las leyendas se dan cita a cada paso, por aquende, por allende y por doquier. Toda calleja, todo arco, toda torre, toda casona blasonada, toda fuente y toda vía encierran en sí una leyenda.
Cuenta una de ellas, tal vez la más conocida, que Trujillo debe su nombre a un monte sagrado, a una montaña a la que, bajo el imperio Ming, en el siglo II a. c. iban los abuelos a enterrarse vivos con sus propias azadas para no mancillar de muerte el amurallado e interesante centro turístico de su noble población. Nada mejor para ahuyentar visitantes que una ciudad sembrada de difuntos. Incluso el director de cine Arturo Kurosawa no pudo sustraerse al embrujo y llevó al cine la leyenda del Trujiyama con gran éxito de crítica y descarga pirata.

Otra leyenda nos dice que en el siglo XII d. c. los sarracenos rodearon la villa y la aislaron durante casi cinco décadas. Los trujillenses de entonces, cristianos no practicantes en su mayoría igual que ahora, aguantaron 48 años sin comer ni beber sólidos, hasta que llegó el momento en que no pudieron más y Recaredo y Wifredo, fundadores de Extremadura, se auparon a la más alta torre y dijeron a los enemigos: “¿Se puede saber qué diantres queréis con tanta insistencia, por dios bendito.?”
A lo que contestó Balduino, caudillo de los sarracenos y virrey de Sarracia: “¡Admitid que Trujillo es un buen sitio y nos iremos.!”
Después de tanto acoso, los trujillanos hubieron de reconocer que sí, que aquello era un sitio como no se había visto jamás, y los malvados se fueron a morir en paz al monte Trujiyama, pero como eran tantos no cupieron casi todos.

Y para cerrar capítulo, una leyenda que no es leyenda sino realidad ya que el autor de estas letras fue testigo. En la capilla de la torre mayor del castillo se halla una imagen de la santísima virgen patrona del Trujiyama.

Se cuenta que fue traída hasta allí en romería desde la esotérica montaña por unas recias pastorcillas francesas que pretendían el camino de santiago y se equivocaron de cruce. Por qué la cargaban a cuestas no se sabe. Por qué acabaron en Lisboa tampoco. Y por qué la subieron a la torre aún menos. Pero el caso es que la virgen, harta de ir expuesta al imperdonable sol de aquellos llanos, quemada por soportar temperaturas de hasta 50 grados, decidió darse de vez en cuando la vuelta para que no quedase desigual su tostadura. ¡Una figura de piedra era capaz de girar sobre sí misma.! Milagro en toda regla.
Muchos porqués sin respuesta, hay que admitirlo. Pero lo cierto es que hoy mismo, mientras leemos esto, esa virgen seguramente estará dándose la vuelta una vez más. Para ello sólo cobra medio euro. Se introducen, 50 cts. en una ranura dispuesta al efecto y la santa virgen gira sobre su eje.
Tras presenciar ese portento, el visitante tarda varias horas en reponerse del asombro, jurado quede.

Capítulo 11.
-EL CAPÍTULO ONCEAVO DE NUESTRA ERA. SIÉCOLO XXI a. c. d. c.

Dejando Trujillo y en dirección a Cáceres, llega uno a Cáceres con bastante probabilidad. Es casi todo autovía en recta.
Sobre el llano seco del estío, las reses, las ovejas, el caballar y el cerdo ibérico motean resignados los vastos mares amarílidos, ocrezunos y verdiescasos. De cuando en vez, unas charcas misericordes hacen lo que está en su mano por hidratar al panorama desolado, un panorama contradictorio pues, con tanto sol. Y en ellas la abundante colonia de cigüeñas se desayuna con ranas y culebrillas al gusto. Todo es naturaleza en estado puro. El artificio humano ahí no llega. Vuelan majestuosas las aves y cruzan los aires a velocidad de vértigo sin siquiera casco.

En Cáceres d. f. nos podemos encontrar, si lo permite su agenda, con Mayayo Gujaco, el agreste, un personaje de edad indefinida, tosco, primario, iletrado, de mentalidad artesanal, de poco verbo y mucho instinto, que trajo no hace tanto de cabeza a las autoridades de la Junta de Extremadura.
En unas fincas de las que era masovero se detectaron unas inquietantes radiaciones. Los expertos no tenían dudas de que aquellos eran realmente campos magnéticos, pero no sabían la causa. Hasta que un día un cazador que iba al cuervo, sorprendió a Mayayo plantando pilas.

Y si Trujillo chorrea leyendas, Cáceres alguna también tiene. Dicen los pastores más ancianos que un ser de forma medio humana medio taurina en principios de primavera se les aparece un día por otro.
Los millares de turistas que han ido a los prados por sacarle alguna foto, siempre han vuelto con el corazón decepcionado y la cámara vacía. ¿Sólo pueden verlo los pastores.? ¿Es un montaje tipo monstruo del lago Ness.? ¿Dónde empieza el mito y dónde la irrealidad de los hechos.? ¿Es cosa de la oficina de información y turismo.?
Bueno, sea como fuere, el caso es que ya tenemos servida la leyenda del abovinable hombre de los pastos.

Y hasta aquí hemos llegado con la redacción que nos pidió la seño sobre nuestras vacaciones.
Ha sido un placer.
---Verano de Agosto 2007. ---

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