lunes, diciembre 01, 2025

 

--ASCO DE PRESENTE, TAMBIÉN--

 

Estamos enfrentados. Bandos, antipatías, odios. Un lado y otro lado. Trincheras. Divide y vencerás. Se fomenta y funciona. Aceptamos como natural que siempre haya dos mitades enemistadas en la opinión pública. Progresistas y conservadores. Extrema izquierda y ultra derecha. Enfrentados por decreto. De ese modo se consigue que no nos unamos ni cuando nos joden a todos.  

Nos vamos a comer un atraco con la puta mierda de lucecita esa de los coches, que todos sabemos -da igual si somos rojeras o fachas- que es una estafa pensada, diseñada, fabricada y aplicada por unos cuantos hijos de puta que están pegando un pelotazo de la hostia. Pero nos lo vamos a comer. Sí, yo también, yo también. 


----------------

EN EL MERCADO

-Señor frutero, esta manzana tiene manchas negras y gusanos.

-Ya podrida ser.

-----------

CONSPIRANOIA PREMIUM

-Me da a mí en la nariz que los del Decathlon están compinchados con el gobierno. Yo creo que me han puesto cámaras en la bici para vigilarme.

------------


PENSAMIENTO REFLEXIVO

-Soy un analfabeto autodidacta.

-----------

DOLOROSA REVELACIÓN

-Mira hijo mío, ya has cumplido doce años y creo que tienes edad suficiente para entender lo que voy a decirte: Ese hombre que vive con nosotros desde siempre, es tu verdadero padre. Lo siento de veras, cariño.


domingo, noviembre 23, 2025

 

--ASCO DE FUTURO -- RELATO EN PRIMERA PERSONA--

 

A mí me dan miedo las nuevas generaciones. Pánico. Y arcadas, sinceramente. Cada nueva hornada de gentuza que veo aparecer ante mis ojos, me da más canguelo y acojone que la anterior. Hablo completamente en serio. Cada vez son más palurdos, soeces y chabacanos. Y es que encima les gusta, alardean de ello, se encuentran de puta madre en la inopia. No saben nada de nada, ni quieren, no tienen cultura, ni conocimientos, ni inquietudes, ni ningún interés por nada edificante. Están satisfechos y orgullosos de su lamentable vulgaridad, de su mediocridad, su analfabetismo y su ignorancia.

Y en vista de ello, a medida que me he ido haciendo mayor, he ido estudiando todo lo referente al cuidado de viejos. He hecho todos los cursos que se necesitarían para trabajar en una residencia de ancianos y para atender a cualquier persona con deficiencias físicas o minusvalías.

Así pues a día de hoy estoy titulado en todo, en atención sociosanitaria para ancianos y personas dependientes, soy técnico también en atención a personas discapacitadas, tengo un curso oficial de grado básico de enfermería, uno superior de fisioterapia, un certificado de profesionalidad sociosanitaria y otro específico que me cualifica para la atención geriátrica. 

O sea que he adquirido y tengo acreditados todos los conocimientos suficientes para cuando dentro de unos años sea un anciano, poder cuidarme a mí mismo y no tener que caer en las garras de esa basura humana que ahora son putos adolescentes imbéciles y en el futuro me podrían tocar como cuidadores si acabase mis días en una residencia. 

Que les jodan, malditos hijos de puta. Ojalá revienten.



miércoles, noviembre 19, 2025

 

--DESECHOS DEL RASTRO--

 

DESGRACIAS DE LA VIDA

-A mi hermano lo perdimos en un accidente. 

-¿Murió?

-Ni idea. No lo hemos visto más.

-----

--------------------

CHISTES QUE SE CUENTAN EN JAPÓN

-Mi padre falleció serenamente y lo enterramos en Kioto.

-Pues el mío murió de crisis nerviosa y lo enterramos inquieto.

----

FRASE CHASCARRILLERA

Tienes menos gracia que la discografía de Garfunkel.

-----

PUNTOS DE VISTA

-Una cucaracha puede vivir durante días y hasta semanas sin cabeza. 

-¡Guá, ke lokura, tete!

-Bueno, según. ¿Tú cuántos años tienes?




domingo, noviembre 16, 2025

 

--LA HERENCIA, UN INTRIGANTE RELATO--

 

El señor Marcelí Asensi i Recasens, Conde de Quintaforca, había muerto a la edad de 88 años.

Sus herederos, la viuda, seis hijos, dos hermanos y una sobrina, se hallaban reunidos para conocer la distribución del inmenso patrimonio.

El albacea dio lectura a las voluntades del difunto y fue informando de qué bienes eran para quién. Mas la sorpresa sobrevino cuando nombró a un tal Antón Expósito, al que legaba el castillo y las tierras de Montferri, con su prestigiosa bodega y sus extensos viñedos, además de una importante suma de dinero.

Todos se alarmaron y empezaron a hablar a la vez de forma atropellada. Entonces el albacea hizo sonar la campañilla que había sobre el escritorio y un criado abrió la puerta del despacho e hizo pasar al desconocido heredero, que venía con su abogado. 

Antón Expósito llevaba largos años recabando información sobre Marcelí Asensi. Desde que lo vio por azar en las fotografías de un diario, le dejó asombrado el extraordinario parecido que les unía. Tenían la misma cara, el mismo color de ojos, la mandíbula ancha de doble mentón, las cejas pobladas, los labios finos, los pómulos angulosos, la nariz afilada, el pelo crespo, la complexión, la estatura... todo. Y a partir de ahí no paró de indagar en archivos y hemerotecas, buscando retratos del Conde y de las generaciones anteriores, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, comprobando que, en efecto, todos ellos presentaban las mismas facciones. Eso ya lo animó definitivamente a contratar a investigadores privados encargándoles que consiguieran como fuese alguna muestra de ADN. 

Y el análisis clínico confirmó lo evidente. El Conde Marcelí Asensi era el padre biológico de Antón y así lo admitió poco antes de morir. Con lo cual Antón siempre había sido hijo de él, ya desde el mismo instante de su nacimiento. El abogado desplegó sobre la mesa la documentación pertinente y los herederos no tuvieron más remedio que aceptar la realidad: Era un claro caso de Asensi nato.



jueves, noviembre 13, 2025

 

--UNA MÁS DE TERAPIA, Y VAN...--


-Usted dirá.

-Hola doctor, vengo porque tengo un trastorno de personalidad versátil múltiple. Y yo ni soy poeta, ni me gusta la poesía, ni entiendo una mierda de literatura.

-Pero a ver, caballero, si ya se diagnostica usted solo, ¿para qué viene a mi consulta? ¡Hijo de puta!

-Pues por tener una segunda opinión. Y si es de un profesional, mejor, ¿no?

-Tiene razón. Veamos. ¿Y entonces, en qué se basa para sospechar su patología poética mental? ¡Muérete, cabrón de mierda!

-En que me poseen poetas, y no uno, varios. Se apoderan de mi cabeza, me la invaden y trastornan.

-Vale, le creo, pero comprenderá que yo necesito pruebas fehacientes, fidedignas y tangenciables. No me puedo arriesgar a hacer una diagnosis médica sin contar con argumentos sólidos. Está en juego mi prestigio. ¡Perro sarnoso!

-Comprendo. Si quiere le recito algún poema que me haya sobrevenido, así, porque sí, para que se haga una idea.

-Vale. Comience. ¡Pedazo de maricón!

-Bueno, ahí va:

Jamás saliere de juerga 

con hombre al que desnortase

un triste vaso de vino,

o un botellín de cerveza,

al que en lares llaman quinto.

Pues hasta para el embriague

más valdrá quien ha elegido

emborracharse a lo grande,

que el ruin que se tambalea

tras miserable chupito.

Y esto saber conviene

por obtuso que uno sea:

El alcohol guarda más ciencia,

más sabiduría y tino

de la que parecer pudiere,

pues mayor es el olvido

cuanto el borracho más bebe,

y no sufre así en conciencia

vergüenza por lo excesivo,

pues al fin ya no recuerda

ni qué tomó, ni qué hizo.

-Caramba, pues no está mal, oiga. ¡Mierda para tu padre! Parece como si fuera una especie de Quevedo actualizado.

-Ya, pero es que a mí la poesía me la bufa. Y una noche soñé que era uno que se llamaba Lorbairon, o algo así, que no sé ni quién es.

-Muy interesante, ¡puto mierdoso! ¿Y recuerda algo de esa experiencia?

-Algo, muy poco, vagamente.

-Diga lo que pueda. ¡Cerdo asqueroso!

-Vale: 

Si me tocas los huevos

te meto un piño

ke te kagas, tío.

Me cago en tus muertos.

ke no sabes tú 

kon kién tas metío,

te meto, pun, pun, pun,

te meto, pun, pun, pun,

y a tu novia me la jinco.

-Hostia, pero eso no parece de un romántico inglés ¡mierda pa tu padre!, sino de un reguetonero portoriqueño.

-Joder, pues ahí está el problema, que se me mezclan poetas, cuando eso ni me va ni me viene. 

-Bueno, pues vamos a hacer una cosa: usted en las sucesivas sesiones, me recita lo que se le vaya ocurriendo, yo lo apunto, se lo paso a un colega que tiene un primo que conoce a uno de una discográfica, y veremos si le podemos sacar algún rédito, porque a las nuevas estrellas de la música no se les ocurre ni el pijo. ¡Se pudra tu puta sangre, mamón!

-Oiga, pues no es mala idea, doctor. Pero, oiga, una cosa, perdone, ¿cómo es que lleva toda la sesión insultándome y soltando exabruptos?

-Ah, sí, qué tonto, no se lo advertí, qué descuido, lo siento. Es que tengo el síndrome de tourette, ¡te reviento, hijoputa!.



This page is powered by Blogger. Isn't yours?