domingo, diciembre 31, 2006

 

-EL ORGULLO DE LA SANGRE Y LA PASIÓN- (CALDERÓN de la VEGA.)

-¡¿Quién vive.?! ¡¿Quién ronda la fría calle en hora intempestiva?! ¡Muéstrese ya mesmo.!!
-¡¿Y quién lo pregunta, vive Dios?!
-¡¡Don Luismi Bujías Pastrana, señor de los de Orgaz, hijo de Ocaña, preciado en la corte y experto en esgrima. Un hombre que se viste por los pies y que no teme dar identidades. ¿Por qué no salís a la luz.? ¿No sois vos acaso lo bastante noble.?!!
-Ya me ofrezco a los candiles, descuidad. Podéis ver cuan recio soy y la porte que me ampara.
-No es mala la estatura, pero aún así cubrís vuestro rostro. ¿Qué sois por ventura, cobarde, feo, o ambas cosas.?
-Muy al contrario. Galán soy de fortuna y éxito, mas no veis mis rasgos porque voy embozado, que agazapa peligros la noche toledana no exentos de riesgo por lo que pudiera pasar.
-¡¿Embozado?! Embozado cual cañería, ja ja, permitid que ría. Triste estado para quien diz ser de valía.
-No hagáis más luengo vueso discurso avieso y decid de una vez qué se pretende, si la riña o nada.
-Sois duro de oído parece, o de mollera tal vez. Me diréis quién sois o probaréis esta mi espada que ya tiembla de ansias en la atadura por ver en su acero el tinte de vuestra sangre. ¿Sois hidalgo por ventura?, que no es mi deseo menguar prestigio con la muerte de un villano.
-No me atemoriza el miedo. ¡Soy hidalgo y bien hidalgo.!
-¡Vuestro nombre y vuestra faz exijo pues.!
-Por Diego Hidalgo me conocen, descendiente de almirantes, línea directa de descubridores, de los Hidalgos que desde tierra extremeña hicieron grande las Españas para gloria de reyes.
-¿Hidalgo, sólo Hidalgo.? Bien tendréis otro apellido, si no varios más.
-Me suenan a desafío esas vuesas viperinas palabras. No me es plato de gusto desvelar el segundo apellido pues contradice, que ahí los azares traicioneros me tendieron trampa. Pero, bien, como siento esta ocasión quizás la primera y última en que lo oigáis, lo diré a vuesa merced: Vasallo, es Vasallo.
-¡Caspita.! Tenéis la razón por arrobas... Don Diego Hidalgo Vasallo... caprichosa nomenclatura, voto a bríos.
-Paradoja desvelada, desvelaré mi rostro. Aquí lo tenéis, Don Luismi.
-¡Caramba! ¡Si apenas sois un doncel.!
-No acudan piedades a vuesa mente y no minusvalore vuesa merced mis capacidades, pues doncel o no doncel, frente a vos tenéis a un bravo que si ha de luchar, lucha, y si ha de morir, huye, ffffiiiuuuuuuuu.
-¡¡¡Esperad, por Dios, Don Diego, esperad, no corráis...!!! ¡¡¡Volved, que era broma.!!! ¡¡¡Cristo bendito, cuán raudo es el condenado.!!! (Y mira que era majo..... Maldita sea, para una vez que iba a echarme un amigo...)

martes, diciembre 26, 2006

 

--LA MULTISALA--


Se van apagando las luces, se van atenuando los carraspeos y las charlas, se van acabando de sentar los rezagados...
La música creciente de violín, las letras que bajan como chorretes por la pantalla...
Empieza la peli: En una casa de clase media alta, una bella mujer sale al porche llevando un café con leche en la mano. Le sienta muy bien esa especie de kimono que viste. Ya está peinada y maquillada. Mira en el cielo al día que se estrena despejado y tibio. Mira la hierba como un tapete sedante. Más allá del césped, mira también esas tablillas de teca goteadas de humedad nocturna que rodean la piscina....
En el interior de la vivienda se oyen movimientos, puerta que cierra, puerta que abre, cisterna de lavabo, grifo abierto: El marido parece que se levanta, como cada sábado, un poco más tarde que ella.

En la sala de proyección, un montón de gente. Cuatro amigos quinceañeros. Dos de ellos se llevan a la boca palomitas pintadas de colores, uno blancas, y el último, que no ha comprado, simula que las come porque de mayor quiere ser mimo.
Un tío de 42 tacos, soltero, alcoholero, canutero, putero y gastrítico está en el cine por echar la tarde en algún lado y va pensando mientras en la pantalla no ocurre nada, que no puede ser creíble la película: al prota lo ha visto ya mil veces, haciendo de cura, de bombero, de policía, de asesino, de magnate, de sintecho, de travestido, de astronauta, de rabino y de presidente. En todas el actor en racha, según la moda. Entonces decide cerrar los ojos y relamerse de la juerga que se corrió la pasada noche. Qué buena que estaba la Vero. Me empalmo de pensarlo.
Un par de divorciadas recientes, domingueras de buen ver que se han conocido en una asociación de mujeres, lo detectan desde atrás y se ríen de él por lo bajini. Ya se le veía pinta de no haber dormido mucho. Careto de estrago.

La tía de la peli se llama Norma. Se ha sabido porque acaba de ir al buzón y en la carta que ha sacado de dentro y ahora lee, venía escrito ese nombre.
Pero no pasa nada. Una parte del público sospecha tostón y se menea en el asiento como si se incubaran los huevos, cambiando el peso de un glúteo a otro.
No aparecen más personajes de momento y el marido aún anda por la casa sin dejarse ver. Las secuencias son muy largas y la música obsesiva. Norma va a la cocina y deja la taza en el lavaplatos. Abre un armariete tipo verdulero y coge una manzana. Cuando le da el primer mordisco, unos pasos arrastrados le indican que su marido ya bajó y debe andar por el salón.
En la cuarta fila de butacas, visto desde atrás, un tipo larguirucho que se ha sentado al lado del pasillo, intenta acomodar sus piernas hacia afuera. La chica que lo acompaña, su novia o algo, le aparta un poco el flequillo con el dedo y le ofrece conguitos.
Hay un chaval por ahí esquinado, con gafas y aire de universitario comelibros que se llama Oriol, que atiende a la proyección pensando en paralelo: La película lleva en cartel dos semanas y siempre con la sala llena.... ¿Cómo es que tanta gente quiere ver lo mismo.?... Acerté al elegir antropología.... Sicología de masas, fascinante.... La masa se sacrifica si algo la convence de que algo es divertido... Vaya, vaya.... Más de dos millones de personas en toda España ya se han tragado esta castaña.... De las cuales, por pura estadística, más de un millón se habrán estado aguantando los gases durante una hora y tres cuartos. Pero es una peli que hay que ver. Es profunda, está bien hecha, es de un director potente y salen los actores del momento... Ja.

Calla, que parece que va a pasar alguna cosa.
Norma está todavía en la cocina. El marido va por la escalera subiendo al primer piso. Se le ve de espaldas, con el batín y las zapatillas de andar por casa.
De pronto suena el teléfono del comedor y se corta la música de fondo. Ella no muestra la intención de ir a cogerlo, pensando que su marido estará más cerca. Sigue sonando. Él se detiene en el rellano, esperando que Norma vaya. Y el teléfono sigue sonando...

-¿Lo coges, cariño.? Grita Norma.
-No, no, mi amor, mejor lo coges tú, que yo aún no voy afeitado.


FIN

sábado, diciembre 23, 2006

 

-CUENTO DE NAVIDAD--

DON ALVARO, de MOLIESE.
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-Alvaro Rata era un usurero leridano que vivía hace muuunchos muuuunchos años, allá por el 1979 de nuestra era en la parte vieja de Barcelona, concretamente en la calle Escudillers, 38, bajo, 1ª.
Proporcionaba préstamos a los emigrantes que llegaban desde Andalucía, Extremadura, Aragón o Bristol y vivía con una solterona ama de llaves a la que hacía dormir en una colchoneta bajo la escalera.

-Papá, eso no puede ser. Si vivía en un piso, ¿adónde llevaba esa escalera.?

-Hijo mío querido, la escalera era de aluminio, de esas de tijera que se usan para alcanzar las cosas, de las que venden en las ferreterías.
Y la pobre señora se la echaba por encima para protegerse del frío en invierno, ya que Don Alvaro no le dejaba más que una raída sábana para que se tapase.
Era muy avaricioso y de alma ruin. Cobraba a sus clientes unos intereses muy graaandes muy graaandes, porque ningún banco les prestaba dinero a los indocumentados. Y de eso él se aprovechaba sin piedad.

-Aaah.

-Fíjate cómo sería de mezquino, huraño, avariento, tacaño, vil, deplorable, cicatero, pendenciero, malo, vil, y ruin, que era doblemente vil, si has estado atento.
Ni siquiera sentía el espíritu de la Navidad. A los niños pobres que en esas fechas pasaban por las casas para pedir caramelos, él les daba a regañadientes unos garbanzos enyesados y les decía que eran peladillas.

-¡Qué malvado!

-Sí, hijito, mucho. Pero unas horas antes de la Nochebuena de 1980, cuando se retiró como cada tarde a su obscura alcoba para contar sus dineros, al encender el camping-gas que usaba para iluminarse, éste refulgió como nunca antes había refuljado, y el Alvaro se dio un monumental susto de miedo.
Una luz como la cola de un látigo empezó a recorrer la estancia. Él creyó que era un rayo, mas no había tormenta en la meteorología. Se hincó de rodillas aterrado y empezó a rezar.
Entonces la luz se detuvo en el centro del cuarto formando una esfera y de ella salió un blanquísimo ángel de largos cabellos blancos, de espesa y nívea barba, de cara redonda y sonrosada, con botas altas y con rojas ropas de invierno.

-¡¿Y quién era, quién era.? Vamos, dímelo, dímelo.!

-Pues era... ¡¿Se puede saber dónde vas.?!

-Al lavabo un momento.

-¡Pues ahora te quedas ahí quieto y escuchas, que aún me voy a enfadar.!
Era el espíritu de la Navidad. Y le dijo: “Alvaro, eres un mal bicho. No quieres a nadie. Eres un egoísta que nada más vela por sus bienes materiales. Por eso estás forrado y solo en la vida. No piensas en los demás. Tienes problemas de interrelaciones interpersonales y además a uno de los pobres niños esos de la calle se le ha crujido un empaste por culpa de tus crueles garbanzos. Unos garbanzos tan duros como tu corazón.
Y otra cosa: Ni tan siquieramente te has dado cuenta en todos estos años de que Asunción, el ama de llaves, permanece contigo pese a tus perrerías porque está enamorada de ti en silencio.”
Entonces el Alvaro se quedó muy compungido, y el orondo ángel le acabó diciendo: “Ya te di mi mensaje. Tengo que irme. Pero te advierto de que si no das una muestra de generosidad y amor en esta Nochebuena, ¡te azuzaré a los renos.!”

-Voy al váter.

-No, espérate hijo, que ya llega el final.
En cuanto se hubo ido el ángel, el Alvaro llamó a Asunción y le dijo que se vistiera sus mejores prendas, que la iba a llevar a cenar fuera.
Ella no se lo podía creer. Lloraba de felicidad. Él cogió un dinero, se lo echó al bolsillo y se llegaron paseando hasta el chiringuito de una gasolinera que había en la esquina. Allí hacían platos combinados, bocadillos y algunas cosas a la brasa.
Se sentaron en una esquina y el Alvaro pidió dos salchichas país y dos rebanadas de pan tostado a la manera catalana, untado con tomate, un tinto de la casa y gaseosa.
Pero cuando iban a empezar a comer, el Alvaro sintió que tal vez no era esa una muestra lo suficientemente grande de generosidad navideña, y como accionado por un resorte, levantó el brazo y le gritó eufórico al camarero: “¡Mozo, venga, que es Navidad, unte otro tomate al pan de la señora.!”
FIN

domingo, diciembre 10, 2006

 

-NATURALEZA SALVAJE-

Hablar de los animales es fácil, demasiado fácil. Basta con ser biólogo marino, zoólogo de familia, ornitólogo aéreo o simple coleccionista de vídeos documentales.
Nosotros los amateurs podemos ir mucho más lejos en nuestras cavilaciones, ya que no estamos sometidos al corsé que siempre supone el academicismo normativo.
Abogamos desde una posición libre por elevar la deducción ocasional al estatus de dogma inmutable.

Dígame alguien si un catedrático en anfibios se ha dado cuenta alguna vez de por qué las ancas de rana tienen la cotización gastronómica que tienen.
Un observador del siglo XIIIIIIII (18), Monsieur Crois, llevándole las maletas a Darwin en sus correrías naturalistas, se dio cuenta de que las serpientes siempre se comían a las ranas empezando por la cabeza y se las iban tirando para adentro poco a poco mientras éstas pataleaban mostrando un enorme disgusto.
El tal Crois dedujo en primer lugar que la batracia intentaba por todos los medios salvar los cuartos traseros, o sea, que les concedía una gran importancia; y segundo que la propia sierpe decidía dejarse para el final dichas extremidades. Con lo cual dedujo asimismo de forma certera que las ancas de rana debían ser lo más sabroso del bicho pero de largo. Y miren hoy si era cierto o no. Plato de sibaritas, sin duda.

También en el continente australiano, más concretamente en Oceanía, Angus Cave, el ayudante interino de un veterinario, descubrió por qué algunos marsupiales son los seres más intelectualmente evolucionados del planeta.
Había una vieja cangura, de esas de raza grande, de las que puestas en pie miden igual que un hombre , que transportaba en su bolsa un cachorro de unos sesenta kilos, y Angus en sus ratos libres decidió hacerle seguimiento.
La investigación duró tres años, al cabo de los cuales, la fatigada madre murió. El hijo no tuvo entonces más remedio que largarse de la marsupia y Angus pudo ver a ese sinvergüenza de canguro cómo torpemente se alejaba por el campo dándose porrazos con todo y lloriqueando como un mierda. El cachorro tenía ya 35 años y no sabía dar un salto por llevar toda la vida metido en el maletero de su madre.
Angus conoció la edad y las razones filosóficas que llevaron al bicho a no querer largarse cuando debía por ley natural hacerlo.
En el interior de la bolsa, el parásito zancudo había estado haciendo pequeñas marcas con las uñas para apuntar el transcurso de los días y tachándolas en grupos de diez a modo de tosco calendario.
Por otra parte, ese desaprensivo era inequívocamente dionisiaco.
Angus apuntó en su libreta: “El cabrón de marras simplemente estaba haciendo lo que todo macho firmaría, estaba cumpliendo el sueño de cualquier animal masculino, sin excluir por supuesto a la raza humana, que es pasar la vida sin dar palo siendo llevado por la cara de aquí para allá y permaneciendo todo el santo día agarrado a un par de tetas.”





(Fragmento de la obra “La Naturaleza Vista Sin Gafas” del oficial de mantenimiento de la Central Termoeléctrica del Ebro, D. Nazario Cobos.)



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miércoles, diciembre 06, 2006

 

-SIN AZÚCAR-

-Bonita mañana de domingo, señor.
-Excelente para ser martes, Olegario.
-¿Cómo desea el señor hoy el café.? ¿Cómo siempre, solo, sin azúcar, sin cucharilla y con plato bajo la taza.?
-Sí, sí, bien, pero échele un poco de azúcar a algún objeto que tenga cerca del café allí en la cocina. Eso trae suerte y de paso muestra que la gente de mi posición tenemos azúcar de sobra y no tomamos el café solo por falta de medios.
-Para leer, qué prefiere, ¿prensa deportiva, el New York Times, la Vanguardia, el Wall Street Journal, unos papiros...?
-Tráigame la Hoja Parroquial, que no tengo hoy el cuerpo para desgracias. Y échele otra cucharadita de azúcar a algo.

Mientras el mayordomo hacía lo mandado, el barón observaba el cielo con esa delectación que sólo a los muy cultos se concede. Era el último eslabón de una cadena dinástica de generoso abolengo.
En aquella nube con puntillas blancas de huevo frito, adivinaba la sugerida forma de un heraldo trompetero; en aquella otra más gris del fondo, el voluptuoso contorno de una raspa de jurel. El capricho de la atmósfera es poesía, -pensaba el barón- cromatismo, volumen, textura... El sol que asoma lentamente, emergiendo de la sombra como un espía, su gran calva color butano y va pasando el glassex montaña abajo... el sol, un eficientísimo señor de la limpieza que descubre el vivo tono del paisaje.., la acuarela fresca del rocío, la camiseta mojada del verde prado...

-Tenga. El señor está servido.
-Gracias. Puede retirarse.
-Perdón, señor, si me lo permite, le diré que mientras le planchaba la Hoja Parroquial, no he podido evitar ver que la comunidad católica está muy movida. Preparan para los próximos meses un encuentro de fieles a nivel europeo, una manifestación contra el tercer mundo, una marcha pacífica en defensa de los monaguillos y unas jornadas de oración cortando la autopista A2.
-¿Y.?
-Pues que, en mi modesta opinión, señor, deduzco que están subiendo las acciones.
-Espléndido. Le agradezco el interés. Por cierto, Olegario, ayer mientras paseaba por los jardines vi que de nuevo el perro hizo sus necesidades bajo el magnolio. Deberemos tomar las pertinentes medidas.
-Así se hará, señor. Voy de inmediato a limpiarlo.
-Mejor mate al perro.
-Pero, ¿y la señora baronesa.? Ella adora a ese animal. Usted mismo se lo regaló.
-Ya he pensado en ello. Métalo en el Rolls, sujétele las patas delanteras al volante con cinta adhesiva, póngale unas gafas de sol, vacíele por encima una botella deVega Sicilia y despéñelo por el acantilado.
-Se hará como usted desee.
-Retírese pues.

El barón sorbía con serena elegancia su café cien por cien Colombia sin torrefacto y el paladar le envió al cerebro una vez más todo el placer de un nuevo día. Los dibujos del cielo en constante mutación le hicieron ver en unos cirros la silueta del cochino doberman precipitándose en el auto rocas abajo y rompiéndose en la espuma del mar hasta desaparecer. Será arrecife para los corales y los mejillones, –pensó- qué bello fin. A mí también me gustaría tener un final así, si no fuera porque no me quiero morir nunca.

-¡¡¡Olegario.!!! ¡¡Plas-plas-plas.!!! ¡¡¡Olegario.!!!
-¡Voy, señor.!
-Oiga, cuénteme algo gracioso, que estoy de buen humor.
-Hummm, no sé, señor barón..., así a bote pronto....
-Venga, improvise, que usted puede.
-Bueno, en fin... Esto eran un cordobeño y un zaragocense que iban en un tren...

domingo, diciembre 03, 2006

 

-ARMANDO LOCAMENDI, O EL DESÁNIMO DE UN INCULTO-

Según mi amigo Armando Locamendi, las cosas han de ser lo que son y se han de llamar por su nombre. Que luego la vida se llena de errores de interpretación, de malentendidos y de discordias en vinagre.
Es un radical, de acuerdo, pero su punto de razón no le falta.
"¿Para qué atendió uno cuando tenía siete años en clase de lenguaje a aquello de sentido literal y sentido figurado.? ¿Por qué no se fumó la clase en vez de aprender cosas.?"
Si hubiese uno sabido lo que vendría después...

-Conectamos con nuestro corresponsal destacado en el Olímpico de Pucela donde el equipo local se va a enfrentar al Esportin de Gijón por un puesto en la Champions. La capital vallisoletana se halla literalmente tomada por los hinchas visitantes, venidos literalmente de todos los rincones del estado.. Adelante, Mario. ¿Te llega la señal.?

-Sí, buenas noches, Matías, aquí en Valladolid jugadores y aficionados están literalmente congelados. Ahora mismo los termómetros marcan tres bajo cero y sopla un viento tan fuerte que literalmente arranca las butacas y nos levanta por los aires.... Es un partido en el que el conjunto asturiano se juega literalmente la vida, dada su pésima temporada...Y para más inri, hace una hora escasa, en los aledaños del campo, el socio nº 885 de los pucelanos ha sido atropellado por un motorista que iba literalmente como un cohete. Rápidamente lo han trasladado en ambulancia hasta el Hospital de la Santa Cruz. El anciano, un hombre de 83 años, estaba según pudimos ver literalmente hecho polvo. El motorista salió ileso gracias al casco pero no así su Yamaha que quedó literalmente hecha astillas. Y eso es todo de momento, Matías. Devolvemos la conexión hasta que dé comienzo el partido. Hasta luego.

-Muchas gracias, Mario, eres literalmente un depredador, un animal, una bestia de la información.

Mi amigo Armando a veces cuando coge el Diccionario de la Real Academia, se pone nervioso; en cambio si consulta el María Moliner, se enerva poco a poco y ya se queda más aplatanado.
Y lo suyo es cierto. Un día lo vi con mal aspecto y le dije:
Chico, ¿qué te pasa.? Estás lívido.
Y él me contestó:
Ya, pero ¿blanco o morado?, ¿de qué color concretamente.?


sábado, diciembre 02, 2006

 

-ÍCARA ES LA VIDA-

Ícaro, hijo de Dédalo y nieto de los padres de este último, se lanzó al aire con unas deltas que había construido su padre Dédalo, el hijo de los abuelos paternos de Ícaro.
Pero Ícaro pensó que en las grandes alturas el viento es helado y se pertrechó de atuendos e indumentarias crudamente invernales.
Así el chico, haciendo caso omiso a las advertencias del padre, subió y subió y subió y no paró de subir, hasta que tan cerca estuvo del sol que cogió una tremenda sudada , se pilló una constipado de magnitudes míticas y cayó al mar tosiendo y moqueando hasta morir por el brusco cambio de temperatura.
Dédalo lloró la muerte de su hijo y pensó que se hubiera dado con un canto en los dientes si el niño le hubiese salido aunque sólo fuese un poco más listo.
Pero por ejemplo, a algunos frailes de determinadas órdenes, el canto que les da en los dientes de dentro a fuera, es el gregoriano.
Porque el canto gregoriano también es místico: Cuando un agnóstico lo oye un rato, se sorprende a sí mismo valorando la posibilidad de dios, y ya cuando lleva más tiempo soportando la tabarra, rezando para que ese dios lo lleve con él lo antes posible.
Pero no nos perdamos.
El caso es que Dédalo confeccionó las alas de fuertes plumas y las pegó entre sí con cera.
Ícaro sabía que su padre era mañoso, no obstante, desconfiaba de tales materiales, no ya porque dudase de la existencia de un plumaje adecuado al tamaño y peso humanos, pues conocido le era que los cóndores daban mucho de sí, sino más bien por el tema de la cera. La cosa que le sembraba desconfianza era que jamás hubiese pensado que las abejas tuviesen orejas. De hecho podemos disculpar la falta de entendimiento entre padre y e hijo por la dichosa distancia generacional. Es algo que ha pasado toda la vida y que Dédalo no tuvo en cuenta.
La culpa siempre es de los padres. Sobre todo si son priores y cantan gregoriano.
Anda que no tenía que ser hijoputa el padre de Idi Amin Dada por poner un poner.












(Información para novatos: Para ver la imagen más grande hay que pinchar sobre ella con el ratón.)

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