domingo, noviembre 26, 2006

 

-ESPACIO CULTURAL-

El lenguaje, como cualquier obra humana, se ve muchas veces errado, con disfunciones de sentido significante, con anomalías, e incluso con pérdidas graves de inteligibilidad .
El lenguaje es un artificio antiguo, no lo olvidemos.
Por suerte los hombres evolucionamos constantemente y podemos detectar estas digamos enfermedades entre comillas ("") lingüísticas y sacarlas a la luz.
Una vez hecha la denuncia, será ya tarea de expertos doctores la búsqueda y posterior hallazgo de soluciones.
Hay ciertas deficiencias que a mí personalmente me quitan el sosiego.
Por ejemplo:
(Piensen a fondo.)
Si “Paco” rima con “sobaco”, qué explicación tiene que “axila” no haga lo propio con “Francisco.”?
Un atentado a la lógica.

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A propósito:
La ciencia matemática, -mal llamada casco urbano, colector o paragüero- también es obra del hombre, pero ¿por qué consigue ser en cambio perfecta tanto en ejecución como en su llevada a cabo, y eso que se sirve del lenguaje para vehicularse.?
¿Quizás porque es en virtud de naturaleza logarítmica, o tal vez porque los matemáticos llevan el logaritmo en la sangre como los afrocubanos el son.?
Para no perdernos en hueca palabrería, pues demostrado quedó que el lenguaje es poco fiable, mejor será que vayamos sin rodeos a la demostración práctica:


Tomemos al profesor Z, dotémosle de una tiza y entre varios alumnos acerquémosle a su pizarra.
“Hola, soy el profesor H -porque el Z ha cogido un gripazo y ha llamado diciendo que no podría venir, que está con treinta y ocho de fiebre y se ha tenido que meter en la cama- y voy a escribirles en esta pizarra cosas matemáticas con una exactitud rollo logaritmo.
Veamos: cuatro por cuatro, igual a ciento sesenta, y nos llevamos el cero. Perfecto.Bien. Pues a continuación escribimos: cuarenta por cuarenta igual a ciento sesenta, y le devolvemos el cero. Nada más.”


(ENTRE EL PRIMER DIBUJO Y EL SEGUNDO PUEDEN ECHAR EL RATO JUGANDO A BUSCAR LAS SIETE DIFERENCIAS.)

martes, noviembre 21, 2006

 

-INFORMACIONES PERIÓDICAS-

POLÍTICA
Fuentes del ministerio del Interior han manifestado que en un estado de derecho, el uso de la fuerza no será en modo alguno tolerado por los cuerpos de seguridad de dicho Estado.
Inmediatamente el portavoz del gremio de repartidores de butano ha mostrado su indignación convocando para el próximo sábado una manifestación multitudinaria en las principales capitales de provincia.
Hasta el momento se han adherido los levantapeñascos de Euskadi, la federación leonesa de halterofilia y la asociación española de enfermos contra el estreñimiento, así como cientos y cientos de parturientas.
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CULTURA Y SOCIEDAD
Esta mañana ha aterrizado en nuestro país el genial coreógrafo argentino Mario Pinarello, número uno indiscutible actualmente en lo que a danza contemporánea, experimental y de vanguardia se refiere.
Los principales medios de difusión se dieron cita en el aeropuerto. Ante un verdadero mar de micrófonos, un conocido reportero le formuló la pregunta de que si todavía le quedaba algún movimiento corporal por inventar, ya que son extrañísimos y complejos, y en qué se inspiraba para idearlos.
El astro respondió que viendo fútbol americano y accidentes.

domingo, noviembre 19, 2006

 

-EL TERMINAL- (Relato de horror para contar en acampadas dentro de una hoguera.)

...aún me resuena en los oídos, “tiene usted una almorragia incompatible con la vida.” O sea, que me quedan apenas unas semanas..¿verdad?... “eso mismito.”
Cuando te dicen algo así, las cosas cambian de dimensión, nunca las había visto como ahora, una maceta de sesenta metros de diámetro, con un geranio del tamaño de una secuoya encima de un chopo.... Y cómo se lo cuenta uno a la familia. Yo no sabía el modo. Es duro... Traumático... No se me ocurría la forma...
Por eso lo ensayaba de diferentes maneras diciéndoselo a otras familias, para estar bien entrenado en ello cuando se lo comunicara a la mía. Lo que pasa es que se lo dije a tantas, que en el momento de enfrentarme a mi mujer y mis hijos, ellos ya lo sabían. “Eres la comidilla del barrio, cariño. Lo sabe todo el mundo. Es que has ido puerta por puerta, macho...”
Antes de eso estuve cuatro días sin atreverme a ir a casa. Deambulando de aquí para allá sin salir de los bares. A cada copa, en mi cabeza la voz del médico repetía como un rosario “almorragia, cerebral, maligna, morirás.” Y me vi como ese viejo pelmazo que le larga el rollo al primero que pasa. Mi vida estaba rodando igual que una peonza en la trastienda de mis ojos. “¿Qué le pasa, hombre, tan abatido.?” Casi, nada... Que me muero y pienso en mi padre, en todas las ilusiones que depositó en mí y no van a poder cumplirse... A él le hubiera gustado que yo fuese un púgil en lo que a boxeo se refiere. Sus ídolos eran Joe Mancuerna, “Puño de Corcho”, y Jack Plomada, “el Potro del Gimnasio.”
Me contaba que eran dos boxeadores de leyenda, y que cuando se enfrentaban en un ring, el mundo entero aguantaba la respiración. Dos verdaderos luchadores. Competían en la categoría de los pesos superpesados aunque eran más canijos que un jockey y ninguno de ellos daba en la báscula más de cincuenta kilos, pero amigo, mientras duraba la pelea no dejaban de hablar. Hablaban todo el tiempo. Dieciocho asaltos de puñetazos y verborrea...
Ay, ay, ay...
Una campanilla retumba en mi cráneo diciendo que yo ya no voy a ser boxeador. Ni boxeador, ni poeta épico, ni pastor trashumante, ni envasador de tomates para el crudo invierno de los alpes, ni sospechoso de comisaría, ni limador de uñas, ni cazador de safaris en África... Siempre quise cazar uno.
¿Y qué soy.? ¿Me lo quieren decir.? No, no hace falta que se molesten. Soy la antesala de un cenicero, el prólogo de una fiambrera, la fase previa en el campeonato del agusanamiento, una insignificante rata que camina vencida y encorvada por la senda triste hacia el cementerio de elefantes hasta que uno de ellos la pisa.... Soy una hamburguesa, una masa amorfa de carne cartilaginosa que debió ser alguien en la vida pero una almorragia interna lo truncó.
Ay, ay, ayayay...
“Acuérdate de tu madre, porque te vas a morir, Camborio.” Eso me dijo un poeta de gran pluma. Alguien que entendía como nadie de amor y de pasiones, pero que por lo visto confundía mi nombre. Yo he querido ser un buen amante, pero ahora veo que sólo he llegado a obseso... Un obseso depravado, enfermizo, una degeneración sexualmente aberrante. Cómo llamar si no a alguien que tiene unos sueños eróticos en los que aparece su propia mujer. Dios, cómo se puede ser tan patético y vil.

Y ya no tengo ganas de nada. Para qué sacarme el carnet de conducir... Para qué matricularme en el curso de cerámica... Para qué aguantarme los flatos en las sesiones de aerobic... Para qué ducharme cada veinticinco de diciembre... Al diablo las navidades... Ya no las habrá para mí. Mi vida discurre como algunos de esos ríos que suelen ir cuesta abajo hasta desaparecer devorados por la sal y por los huevos de estuario.
Ay, ay, ay...
En fin... Ya no hay más cartas para mí en la baraja.., ni en el buzón. Todo se diluye ante mis ojos igual que veo ahora disolverse el colacao que arremolino con la cucharilla en el vaso de leche. A mi vida se le han acabado los grumos. Ahora seré un instantáneo nescuic que desaparece sin dejar huella.
Una almorragia se me lleva a la poza negra. “Pues intente pensar en las cosas bellas que ha vivido.” Sí, qué otra me queda...

La abuela, tan elegante y delicada, tan fina y tan señora, que no soportaba verme acudir a las celebraciones vestido a mi manera..”No sé cómo te gusta ir así, con esas pintas. Ponte un traje, hombre, que estamos en una boda.” Abuela, abuelita mía, que es que a mí me gusta vestir más a mi aire, más sport. “Joder, nene, me parece bien que seas informal, pero adónde coño vas con espinilleras.”

La muerte...viene la muerte.


domingo, noviembre 12, 2006

 

-NADA COMO UN EJEMPLO-

A ver. Esto es como si llegases a un sitio, tú vestido de forma corriente, en el cual todas las personas fueran muy altas y llevasen gafas de sol verdes, chaquetas de franela a cuadros, pantalones con una pierna larga y otra corta, sandalias ibicencas y sombrero cordobés y te dijeran que allí si no se presenta este aspecto, no se permite la entrada porque los techos son muy bajitos y hay que agachar la cabeza para poder asomarse a la ventana y ver un jardín de cactus con linternas de bolsillo.
Claro, tú, acostumbrado a tu casa de medidas normales discutirías con el tipo de la puerta e intentarías que te comprendiese.
Pero es difícil. Y le dirías, joder, a ver si me explico: esto es como si te levantas una mañana, harto de dormir y te dices, ¿sabes?, me voy a dar una vuelta con el perro, aprovechando que cobré el viernes, y me llego andando hasta el mercado.
Con esta acción matas dos pájaros de un tiro, pasear al chucho y hacer la compra. Pero supón que cuando estás ya allí te dice el tendero que el precio de la uva está por las nubes y que su madre está en el pueblo y no llega hasta el miércoles. Vaya. No habías contado con eso. Tú tenías varios miles de billetes, pero tu intención era comprar algo más que un triste racimo.

(Es como si al este señor de la imagen tuviéramos que explicarle algo.)

Entonces piensas, ¡caramba con el precio de la fruta!, y ni corto ni perezoso se lo dices al vendedor.
El frutero te asegura que él no es quien marca los precios a pesar de haber servido en los cascos azules. Que si acaso compres sandías o chirimoyas. Y te quedas perplejo. No comprendes. Tú querías uva, no otra cosa.
En esa tesitura, el hombre se arma de voluntad y te dice que eso es como si tu perro se estuviese lamiendo el cipote y en ese momento pasase por su lado un grupo de viudas que vinieran del cementerio de ponerle flores a sus difuntos. Coño, el perro es ajeno a eso y no se le puede pedir decoro, es algo normal, ya se sabe, pero imagina que una de las señoras perdió a su marido por el ataque de un pitbull terrier y ganó el pitbull. Claro, las demás intentarían hacerle comprender a la afectada que no fue tu perro, que tu perro sólo se la está chupando, pero ella seguiría en sus trece, con lo cual, las otras debatirían en la forma mejor de razonarle el tema para serenarla.
Vamos, que eso es como si una viuda le dice a otra que las cosas se han de sobrellevar cuando no está en nuestra mano su resolución, que es como si en una fábrica se encienden las luces cuando suena la sirena de entrada y se da uno cuenta de que un fluorescente está cascado. La luz es suficiente, de acuerdo, pero esa lámpara no funciona. Es como si cuando hacen dibujos animados por la tele, el niño se ha ido a cagar, y luego al regresar al sofá, los dibujos ya han terminado. El niño puede ir vestido con sombrero cordobés, o con franela de cuadros, o pasear al perro, pero llora porque él lo que quiere es que la tele ponga sus dibujos, y todo lo demás se la suda.
Bueno, no sé si me he conseguido dar a entender, pero no será por falta de ejemplos.
Ya es que no sé cómo decirlo, tío.

(Es como si un hombre se subiera encima del coche para ver si hay huecos libres de aparcamiento.)












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